top of page

¿Quién es Jesús de Nazaret?


La pregunta que tenemos que hacer, y que Jesús mismo hizo a sus discípulos es: ¿Quién es este Jesús de Nazaret?

Vamos a ver tres respuestas claves que nos da la Biblia.



1. Jesús es historia auténtica. Esto quiere decir que Jesús es una persona real, que realmente estuvo aquí en la historia de nuestro mundo hace más de dos mil años. Es importante recalcar esto ya que algunos han alegado que Jesús era simplemente una especie de carácter novelesco inventado por los autores del Nuevo testamento, y que nunca existió en la realidad.

Hoy, sin embargo, el avance de la investigación histórica ha dado al traste con esa teoría, y ha hecho resaltar la afirmación del doctor Lucas (el escritor del tercer evangelio), cuando dice que todo lo que él escribe en cuanto a Jesús (su nacimiento, su vida, su muerte y su resurrección), es historia. Historia corroborada por la rigurosa investigación que él realizó de todos los hechos que narra (Lucas 1:1-4).

Si no es así, entonces el doctor Lucas no sería más que un triste embustero, como también lo serían los demás escritores del Nuevo Testamento. Pero, en este caso, ¿cómo se explica que los escritos de estos supuestos embusteros hayan tenido un efecto transformador tan moralmente positivo en la vida de multitudes que han creído de corazón en el Jesús de quien ellos hablan?


2. Jesús es el Hijo de Dios. Lo cual significa que Jesús es divino, nuestro mismo creador, venido del mundo sobrenatural y eterno para visitarnos, exactamente como lo había escrito David en el Salmo 8, diciendo: “¿Qué es el hombre para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre para que lo visites?”.

Ahora bien, frente a esta aseveración se han planteado muchas objeciones. Algunos alegan que Jesús mismo nunca pretendió ser divino, sino que esa idea fue inventada por los autores del Nuevo Testamento para ayudarles en su intento de montar una nueva religión, el Cristianismo. Un poco como los chinos, que hicieron de su líder Mao Tse Tung un dios para así imponer mejor su ideología.

Pero eso es totalmente falso. Leyendo el Evangelio de S. Juan atentamente, uno no puede por menos que darse cuenta cómo una y otra vez Jesús está haciendo ver, por las cosas que hacía y decía de sí mismo, que él era Dios. Una de estas ocasiones se encuentra en el capítulo 10, donde después de decir Jesús: “Yo y el Padre somos uno”, (verso 30), los judíos – que entendieron muy bien lo que estas palabras implicaban- tomaron piedras para apedrearle. Y cuando Jesús les preguntó por qué lo hacían, le contestaron: “Porque tú, siendo hombre, te haces Dios”, (verso 33) Y Jesús no intentó corregirles. Y así por todo el evangelio de Juan. De hecho, si quitáramos de ese evangelio toda indicación de parte de Jesús de su divinidad, muy poco nos quedaría.

Otros dicen que como en el mundo de entonces se creía en la existencia de muchos dioses, que a veces incluso visitaban nuestro mundo en forma humana, pues se ve que los escritores del Nuevo Testamento incorporaron la misma noción en sus escritos al decir que Jesús era divino y descendió del cielo.

Pero otra vez nos encontramos ante un razonamiento falso. Sí que es cierto que todas l


as naciones estaban sumidas en la más crasa idolatría, creyendo en la existencia de muchos dioses y diosas, y en muchas supersticiones relacionadas con ella. Todas menos una. La nación judía. Ellos creían a pies juntillas en un solo, soberano Dios, creador de los vastos cielos y de la hermosa tierra, y despreciaban a las demás naciones por su grotesco politeísmo.

Por lo tanto, no sería una exageración decir que no había terreno menos fértil en todo el mundo que la nación judía, para que brotara en ella la noción de un hombre que fuera Dios encarnado. Sin embargo es precisamente en esa nación, y no entre gente pagana, donde nace ese convencimiento. Los escritores del Nuevo Testamento era mayormente judíos, y son ellos los que anunciaron al mundo que Dios nos había visitado en la persona de Jesús de Nazaret.

¿Cómo se explica esto? Pues simplemente porque la evidencia de que esto era así, manifestada en la vida de Jesús, era tan convincente que no pudieron por menos que reconocerlo. Así lo dice Juan en su evangelio, donde también nos invita a examinar con él la misma evidencia que les convenció a ellos, y gozar de los mismos gloriosos beneficios de tal descubrimiento (Juan 20:30-31) ¿Cuáles son esos beneficios?


3. Jesús, el Hijo de Dios y nuestro creador, nos visitó…

· Para resolver de una vez por su muerte de cruz el problema del pecado, el mío y el tuyo (Juan 1:29).

· Para hacernos hijos de Dios y miembros de su gran familia, lo cual no se puede conseguir por ningún esfuerzo humano, ni por ningún rito religioso,, (Juan 1:12-13), sino por la sola fe en Jesús, el cual nos amó y se entregó por nosotros en la cruz, (Gálatas 2:20)

· Para darnos la vida eterna… La Vida de la Eternidad (Juan 3:16).

· Para llevarnos un día a sus gloriosas moradas celestiales (Juan 14)



¿Y la garantía de que todo esto es verdad? La resurrección de Jesucristo de la tumba tres días después de su entierro, de lo cual nos habla Juan en el capítulo 20, donde también nos presenta algunas de las evidencias de que esto realmente ocurrió.


¿Quién, pues, dices tú que es Jesús de Nazaret?



Para Personas que piensan. Siete preguntas vitales. Eric Bermejo. Capítulo 3 ¿Qué dice la Biblia de Jesús?


Puedes encontrar el libro completo en PDF en antoniodebenavente.wixsite.com/antonio en el área "Libros"

Comments


Featured Posts
Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.
Recent Posts
Archive
Search By Tags
Follow Us
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square

Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.                                                       Juan 1:12

Encuéntranos: 

antoniodebenavente.wix.com/creyentes

antoniodebenavente.wix.com/antonio

© 2015

bottom of page