LA FIESTA PAGANA DE HALLOWEEN
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En estos últimos años la fiesta de Halloween está asentando en España. A priori, este festejo de diversión tan particular, proviene del paganismo ancestral del mundo anglosajón, y es ofrecido como algo interesante para niños, para jóvenes, y para quienes lo celebran.
Conviene conocer los males para poder evitarlos; y, al respecto, notemos información de primera mano, dada por una persona que vivió esta celebración cuando estuvo hundida en el paganismo satanizado. Oigamos a Doreen Irving, que fue la bruja “más embrujada” o más grande de la Europa Occidental, porque después de su conversión a Cristo declaró honestamente: “Si los padres tuvieran una mínima idea de lo que realmente es Halloween, ni siquiera mencionarían esta palabra delante de sus hijos”.
Especialmente los padres que pasan del tema, y los profesores en los colegios que animan a que los niños se disfracen para divertirse en Halloween, deberían considerar este asunto, y muy en serio.
ORIGEN E IMPORTANCIA DE HALLOWEEN
Unos tres siglos antes de Cristo, los celtas en Inglaterra eran guiados espiritualmente por unos sacerdotes llamados “druidas”, que practicaban cultos satánicos, y cada 31 de octubre con una noche de terror celebraban cultos especiales para honrar a Samhain, dios diabólico, “señor de los muertos”.
En las tierras de origen, esta fiesta -si así se puede llamar- se llama “fiesta de Samhain”. Pero la palabra Halloween procede de “hall hallow’s evening”, la víspera de todos los santos. Esto también es otro grano de arena del sincretismo religioso católico romano con el mundo pagano, declarando “día de todos los santos” el 1 de noviembre; y al día 2 “día de los fieles difuntos”.
Notemos el testimonio de dos personas. Cristina Kneer, quien practicó satanismo y esoterismo por largos años de su vida, confesó cuando comprendió bien y se convirtió a Cristo: “La más importante fiesta para los cultos demoníacos es Halloween; y, además de iniciarse con ella el nuevo año satánico, es como si se celebrara el cumpleaños del diablo”.
Por su parte también, Anton Lavey, autor de la biblia satánica, y sacerdote de la iglesia de Satanás, reconoció que “el día más importante para los satanistas es el 31 de octubre”.
GRAVEDAD DE ESTA FIESTA
Los sacerdotes y sacerdotisas de este ocultismo en la noche del 31 de octubre hacen negación pública de la fe cristiana, confirman sus pactos con Satanás, sacrifican un animal negro, incluso seres humanos allí donde pueden, y acaban en una orgía sexual como fiesta en honor de Satanás. En ella, especialmente, participan satanistas, brujos, ocultistas y adoradores de Satanás.
Estas personas no son principiantes atrevidos ni meros iniciados que empiezan a tontear con el mundo de estas oscuridades de prácticas demonizadas usando esqueletos, máscaras tenebrosas, brujería, adivinación, gatos negros...
Mal está que hagan satanismo, pero ¿por qué hacen reniego de la fe cristiana y no de ninguna otra? Estas personas, hundidas en abismos de grandes profundidades, con menosprecio y soberbia retan la Soberanía Divina en desafío manifiesto contra el Señor del cielo y de la tierra, cuya paciencia se hace más que inmensa soportando de los míseros mortales estas y otras mil y una aberraciones contra Su Majestad Infinita.
Humanamente, no se podría comprender tanta paciencia del Señor Jesús; pero razonamos que “su amor por otras personas que han de ser salvas Le hace mantenerse con el freno de su juicio bien echado”, (2 Pedro 3:9), por el momento; pero Su paciencia en nada mengua la inmensa gravedad de realizar estos hechos, tan nefandos.
POR POCO SE COMIENZA
Reza el viejo adagio popular: “Principios quieren las cosas”; también las malas, siempre etiquetadas “con papel de caramelo”. Después, las personas iniciadas pueden responder más fácilmente a la tentación de adentrarse al mundo de los poderes del mal que, en principio puede aparentar inofensivo, innovador, e interesante para adquirir poderes malignos; y también pueden responder más fácilmente a las invitaciones a los actos de ocultismo.
El hielo se va rompiendo poco a poco, y se puede acabar “vendiendo el alma al diablo”. Esto recuerda a muchos animales silvestres cuando huelen y observan los cebos atractivos que recubren los señuelos de las trampas; después muchos se deciden a comer, y quedan presos.
En esto, los seres humanos no somos más listos, y siempre hay “innovaciones” -muchas son cosas antiguas- en las que caemos muchas personas. Por eso, como leemos en la Palabra de Dios: “El cuerdo ve el peligro y se esconde, pero el necio sigue adelante y la paga”, Pr. 22:3. “El prudente ve el peligro y se esconde, el simple sigue adelante y la paga”, Pr. 27:12.
Causa pena ver tantas criaturas en vana diversión con esta fiesta, cuando es más que peligrosa para quienes juegan con los fuegos del ocultismo. Pienso ahora en una niña de doce años que, desde que tenía nueve, ve a su lado a personas ya muertas que se manifiestan junto a ella como vivas, y las describe correctamente; de manera que aquellos que las conocieron antes de morir se rinden ante la evidencia de sus claras descripciones. Incluso una de esas personas “del mundo invisible” le pidió en cierta ocasión que hiciese palomitas.
También afirma esta criatura que hay más niñas y niños en su pueblo a los que les acontecen cosas parecidas. Y, bien mirado, no es extraño que acontezcan estos fenómenos porque hay muchos niños que desde muy pequeños juegan con “la bruja de la suerte, del amor, de la bendición..., hacen conjuros como si fueran naderías, mientras avanzan en los páramos de estas áreas del mundo tenebroso”. Pero, como sostiene la Escritura: “¿Quién andará sobre brasas sin que se le abrasen los pies?”, Pr. 6:28.
Cristo frene el avance de estos males, y ayude a muchas personas para que salgan de estos enredos y “se conviertan de los ídolos al Dios vivo y verdadero”, (1 Ts. 1:9)
LA OFERTA DEL CIELO
El hombre está caído en el pozo abismal del pecado, del que nadie puede sacarlo sino sólo Cristo. Para ello sigue diciendo el Señor de Gloria: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar”, Mt. 11:28.
Quien quiera recibir la misericordia del Señor, tiene que atender la invitación de Cristo; tiene que acudir al Salvador tal como es, “pecador vil”, y como está, “sucio de sus pecados”.
Tiene que decidir, como Pilatos: “¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo?”. Somos nosotros quienes escogemos cada cual por sí y para sí someternos personalmente al Señorío de Cristo y confiar en Él para ser perdonados de todos nuestros pecados y hallar el favor del cielo, o escoger cada cual por sí y para sí cualquier otro camino que le entretiene y le aparta de ir a Cristo y de la paz con el Ser Supremo.
Quien no quiere ir a Cristo para hallar el perdón divino y quedar en paz con el Ser Supremo, sepa que de antemano tiene reservada su residencia en las cámaras de la muerte eterna, de la “eterna separación” de Dios bajo su juicio por el tiempo infinible de la Eternidad, como Cristo define: “Es reo de eterno pecado”, Mr. 3:29.
Si Dios en su gracia infinita acoge infinitamente a los que creen o confían en su Hijo Jesucristo, Dios también -en su justicia infinita- previamente apartó de Sí a los que se apartaron de Él. Es como informa Cristo con sus palabras, firmes y veraces: “El que cree en Él no es juzgado (ni condenado); el que no cree ya está juzgado (y condenado) porque no creyó en el Nombre del unigénito Hijo de Dios”, Jn. 3:18.
Ante la voz de Dios, tan solemne, nada importa lo que piense el hombre. No vamos a “descubrir la penicilina” imponiendo y aceptando ideas humanas. Acercarse al ocultismo es muy peligroso, y coquetear con él es mucho más. De modo que por la cuenta que debe tener a los que se han acercado a la raya roja de estos terrenos, y más a los que la han pasado, bien harían todos ellos dando media vuelta para refugiarse en Cristo por fe en Él, pues como Él dice: “El que cree en el Hijo tiene la vida eterna; el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que está sobre él la cólera (la justicia) de Dios”, Jn. 3:36.
Hay que plantearse seriamente “¿con quién pasaré la eternidad, con Cristo bajo su amor divino, o con Satanás bajo el juicio eterno del Señor?”. Conviene decidir en positivo, y obrar en consecuencia.
Tratado Nº 57 La fiesta pagana de Halloween.